Hoy volvemos a la Playa de las Catedrales en la localidad lucense de Ribadeo. Es un lugar en el que, como en tantos otros, la naturaleza no deja de sorprendernos por la fuerza destructiva y constructiva que a la vez tiene ya que debido a la constante erosión del oleaje y las mareas cantábricas se han ido tallando los acantilados pizarrosos dando lugar a formaciones rocosas con caprichosas formas. Es un monumento natural que se debería ver, por lo menos, una vez en la vida y no tardar ya que está totalmente vivo y tiende a desaparecer o, como mínimo, a transformarse por mor de la constante erosión que lo ha creado.
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